En estos últimos dos meses distintos avatares, del mundo en el que hemos de procurarnos la vida real, me han mantenido tan lejos del teclado que a las musas les ha resultado imposible encontrarme escribiendo. Dos meses en los que las ideas se han ido escapando por no haberlas enhebrado a tiempo.
El riesgo de sumergirse en un silencio persistente –aunque sea incidental- es caer, más pronto que tarde, en el olvido. Por eso este martes recibí azarado el regalo que me hizo
Xavier Blanco cuando, mirándome a través de su
CALEIDOSCOPIO, me distinguió con el Premio Liebster Blog, que tiene como objetivo promocionar aquellas bitácoras que tienen menos de doscientos seguidores.
Establecen las reglas del premio que al recibirlo has de seleccionar cinco blogs a los que hacérselo llegar. A mí me incomoda la limitación porque lo tendría muy fácil remitiéndoos al cuadro que podéis ver a vuestra derecha bajo el título: “No puedo estar sin saber que cuentan”. Por si ello fuera poco, en estos días han circulado varios premios, con lo que muchas bitácoras ya están premiadas, lo que condiciona aún más mi elección.
Ahora bien, a pesar de las dificultades expresadas, he seleccionado cinco blogs cargados de calidad literaria. He de reconocer que, en algún caso, ignoro el número de seguidores que tienen; aunque si tiene menos de doscientos es sólo porque aún no se han acercado los lectores con perfil blogger suficientes hasta allí. Si yo estuviese en tu lugar no me los perdería:
¡Un cordero!, de Yunuén Rodríguez; porque su prosa tiene sabor a tequila y enchilada, a guacamole y a ranchera; tan sabrosa como picante.
Grimas y leyendas, de David Vivancos Allepuz; porque es un autor cruento y ejemplar, que con su literatura logra que veas en la oscuridad del alma humana.
El pasado que me espera, de Araceli Estévez; porque sus letras tienen, al tacto, la textura de la seda y el peligro de una navaja barbera.
Mei Morán, de Mei Morán; porque en sus piezas siempre logra elegir la voz que se cuela por nuestros ojos para seguir oyendo sus relatos aún después de haber llegado al final de su lectura.
La toalla del boxeador, de Ernesto Ortega Garrido; porque sus construcciones narrativas huelen a transgresión, a dictadura, a amor, al sudor del que pelea sin tirar la toalla.
No puedo marcharme sin agradecerle a Xavier no sólo la distinción con la que me ha honrado, sino –sobre todo- que, al acordarse de mí, me obligara a salir del silencio huraño en el que me había abstraído.
Y gracias a todos los que –aún sin novedades- seguís dejando vuestras huellas por aquí.
Las reglas del Liebster son:
1. Copiar y pegar el premio en el blog y enlazarlo al blogger que te lo otorgó.
2. Señalar tus cinco blogs preferidos con menos de 200 seguidores y escribir comentarios en sus blogs para que conozcan que han recibido el premio.
3. Y, por último, esperar a que esas bitácoras continúen con la cadena y elijan a sus 5 blogs preferidos.
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