lunes, 10 de diciembre de 2012

AMISTAD




Con la coartada de apoyarle en esas circunstancias difíciles, estreché nuestra relación con Paco cuando enviudó y se quedó solo con una hija adolescente de catorce años. Poco a poco los fuimos incorporando a nuestra vida familiar. El desconsuelo por la pérdida de su mujer y la carga por la responsabilidad de sacar adelante a su chiquilla, hacían de él un hombre emocionalmente encorvado. Por suerte su docilidad no se vio afectada y como siempre fue un hombre encantador, se dejó arropar por nosotros. Marta y yo, después de diez años de matrimonio, no teníamos niños y volcamos en su hija toda nuestra atención. Lo que ni Paco ni Marta llegaron a sospechar nunca fue que mi propósito último era seducir a aquella Lolita que ya entonces parecía ser consciente de poseer un culo capaz de modificar las voluntades más férreas. 


Cuatro años después –sin haber sucumbido aún a mis infinitos asaltos, parapetándose detrás de una sonrisa perturbadoramente lúbrica y desarmándome con sus constantes «¡Ay, tío Emilio, qué cosas me dices!»– he de soportar que la niña se marche a la universidad a cuatrocientos kilómetros; mientras mi mujer y Paco llevan tres años valiéndose de cualquier pretexto para perderme y aprovechar sus momentos de, digamos, concupiscencia.


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[Imagen obtenida de Google]


domingo, 11 de noviembre de 2012

SERIAL KILLER






Hastiado de no obtener el porcentaje de share que cree merecer decide contraprogramar.


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[Imagen obtenida de Google]



lunes, 15 de octubre de 2012

PÍRRICO







Sí, eres consciente de que es poco agraciada —por no ser cruel y decir fea a secas— y de que, vista desde donde estás, parece bastante más alta que tú; pero es la única que te ha sonreído en meses. Así es que, aunque su nariz merezca una inversión de capital, decides atacar. 


Una copa para descubrir que es su primera vez aquí y que se llama Sintia, así con ese, sin hache ni i griega. Otra para decirle que con esa voz rasgada, a lo Edith Piaf, debería ser cantante del music-hall —«te veo en el Moulin Rouge» le dices— y no guardia jurado en un centro comercial. La tercera, para entrar a matar. Aunque, según tus cáculos, ella debe de usar una talla cuarenta y dos, recurres a ese falso reproche que —tal como te enseñó tu primo Tony— logra que las mujeres se estremezcan de placer. «Estás demasiado delgada» le susurras al oído dos segundos antes de acariciar con tu mano derecha su rodilla desnuda, como imperativo del guión de una risa compartida. Convencido de que ya está donde querías y de que esta noche —al fin— no te irás solo a casa, sonríes con lascivia.

Una lascivia que se disuelve cuando ella gira su cara para pedir otra copa y notas una sombra tenue de barba mal afeitada debajo de su oreja, justo encima del pañuelo que lleva anudado al cuello. Entonces te explicas el tamaño de sus manos.


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[Imagen tomada de Google - Travesti de Vasco Torres]

martes, 25 de septiembre de 2012

El ABRIGO




Lo veo cada mañana, de camino al Banco. «Buenos días» le digo siempre que paso a su lado, pero él ni siquiera desvía la atención del libro que suele tener entre sus manos. Nunca me contesta y sin embargo yo no puedo dejar de pensar en él hasta que llego a mi despacho y cuelgo el abrigo en el perchero. A partir de ese momento lo olvido hasta la mañana siguiente porque jamás lo veo al volver.


Lo conozco desde que me nombraron director de la sucursal y he de cruzar la plaza al ir a la oficina. En el bar comentan que aunque nadie le ha visto dormir allí, sí lo ven rondando por la zona de la fuente a todas horas, murmurando frases sueltas al vacío. Los mayores cuentan que apareció un día, poco después del incendio de la iglesia y que, a pesar de su aspecto, es inofensivo. Aunque jamás le vemos con una botella, Marcos —mi interventor— especula con que será una víctima más del alcohol o del caballo. Marta —la cajera— apuesta porque es otro damnificado de los desahucios. Los niños del barrio, ávidos de miedos, atribuyen su actitud huraña y su voz pulmonar, gastada, a que sólo habla con los muertos y por eso no se acercan a él. Nadie sabe su nombre. 

Hoy volvía del trabajo más temprano que de costumbre. Sufrimos un atraco después de la entrega del furgón y a pesar de que debería haber permanecido allí -para atender a la policía y la prensa y redactar los informes a nuestra central- me marché sin decir nada. Me alejé dejando el ordenador encendido y el abrigo en el perchero, a Marcos hiperventilando y a Marta presa de un ataque de llanto, a los policías gritando por sus radios y a la ambulancia mal aparcada encima de la acera con las luces aún encendidas. 

Lo vi a lo lejos, en el mismo banco en el que estaba leyendo a las ocho menos diez. Al acercarme, el frío me llevó a subir el cuello de mi chaqueta y a meter las manos en los bolsillos del pantalón. Cuando llegué a su lado esta vez sí alzó la vista y me miró, componiendo una media sonrisa ensombrecida por sus dientes pardos. «¡Mierda de vida, Manuel! ¡Qué pena de abrigo! A saber a quién se lo regalará ahora tu viuda» le oí decir cuando ya lo había dejado a mis espaldas.

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[Imagen obtenida de Google]



miércoles, 12 de septiembre de 2012

CONSUNCIÓN





Tu primer aniversario de boda te atropella un viernes, trabajando a cuatrocientos kilómetros de tu casa; pero lo arreglas para llegar allí a mediodía y sorprenderla. En la floristería del barrio compras una rosa roja porque es todo lo que puedes permitirte. 

Piensas que es mejor tocar el timbre en lugar de usar las llaves. Lo haces y esperas. Cuando ella abre la puerta y su cuerpo se siluetea al contraluz, extiendes la rosa abúlica envuelta en tu mejor sonrisa. Entonces oyes su voz, teñida de un hastío inaprensible, preguntándote. «¿Pero tú, qué haces aquí?» En ese instante te das cuenta de que te has casado con la mujer equivocada. 

Doce años y tres hijos después, decides que es hora de divorciarte.




[Imagen obtenida en Google]

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martes, 4 de septiembre de 2012

FRUSTRACIÓN en la INTERNACIONAL MICROCUENTISTA




En la mañana de hoy, el Comité Editorial de la INTERNACIONAL MICROCUENTISTA me ha hecho el regalo de publicar mi microrrelato FRUSTRACIÓN.

Si tenemos en cuenta quiénes conforman este Comité Editorial, demás está explicar cuán grande es el honor que significa para mí que hayan elegido una de mis piezas. Desde aquí, les hago llegar mi agradecimiento; me siento sinceramente halagado.

Si estáis aquí y no conocéis la Inter es que algo ha ido mal en vuestro transitar por el género, porque estamos hablando de una de las -por no usar el singular- revistas de referencia; una parada imprescindible en el circuito de lecturas de las blogsfera.

Os invito a que os acerquéis a la I.M. a navegar por todas sus secciones, a descargaros literatura gratis de la Biblioteca Mínima y -vanidad obliga- a leer mi microrrelato abriendo esta puerta.


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lunes, 20 de agosto de 2012

APRENDIZAJE - Ganador del Concurso de Radio Coruña - Cadena SER




Al viejo N.
Por todo lo que me enseñaste
y lo poco que aprendí.


Me atrevo a preguntárselo la noche de San Juan, cuando nos quedamos él y yo solos, vigilando el fuego y las sardinas. 

—Abuelo —le distrae mi voz, adolescente, arrebujada en nervios—. ¿Cómo puedo saber si tengo alguna posibilidad con ella? 

Es entonces cuando aleja su atención de la madera que talla con la navaja y me sonríe amusgando sus ojos, que son como dos caramelos de menta. Finge pensar, dejando que el humo que trepa desde el cigarrillo sometido con firmeza en el pliegue de sus labios se funda con el de la hoguera y se cuele entre los dos. 

Escondido tras esa nube con sabor a sardinas me contesta. 

—Si la puedes hacer reír, la puedes hacer gemir.


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Esta versión arreglada de mi microrrelato APRENDIZAJE se llevó el Primer Premio del Concurso organizado por el programa Hoy por Hoy Coruña de Radio Coruña - Cadena SER, en su sección Taller de Escritura, el martes 14 de agosto de 2012.

Comparto mi alegría con vosotros y os dejo el corte del programa, donde se da lectura a los cuatro finalistas.


Concurso Hoy por Hoy Coruña - Cadena Ser by Pedro Sánchez Negreira

No quiero cerrar esta entrada sin expresar mi agradecimiento a quienes tomaron la decisión de elegir ganador a este micro que para mí es muy especial.



miércoles, 18 de julio de 2012

PROBIDAD





No es difícil imaginar su contrariedad, porque hoy —a pesar de sus advertencias­­­— le han marcado el cuello con la fusta. Dos latigazos demasiado notorios como para no tener que explicarlos a todos; a su jefe, a sus compañeros, a su mujer y a sus hijos, hasta a sus subordinados.

Siempre les advierte que no quiere marcas, que para eso paga lo que paga; que su sumisión tiene un límite, que como no le obedezcan aquí se va a liar. Pero ellos —son dos, estos amos siempre son dos— primero ignoran sus advertencias y sólo interrumpen sus insultos cuando,  mientras uno lo sodomiza, el otro detiene un instante los latigazos para preguntarle –invariablemente- «¿qué se va a liar aquí si te marcamos, putilla?» A pesar de la aversión que siente a partir del momento en que cierra la puerta del piso a sus espaldas, esos son los únicos instantes que le dan sentido a su vida. Ni su familia, ni su carrera, ni sus ascensos, ni su poder.

Esta inquina es lo que justifica su actitud indolente y huraña hacia la vecina que se cruza con él y le dedica un mohín de desprecio, justo en el momento en que él simula atusarse su uniforme frente al espejo del portal, con el único objetivo de comprobar cuánto se notan las señales en su cuello.

Se engríe al entrar en el coche y ver la mirada cínica que su nuevo chofer le dirige, valiéndose del retrovisor, antes de preguntarle «¿No pudo recuperarlo, mi Coronel?» Entonces recuerda el comentario con el que justificó el desplazamiento fuera de la ruta prevista y la espera en aquel vado. Antes incluso de que le dé tiempo a ordenarle que se calle y que conduzca, mientras ve el reflejo de su infortunio en el cristal de la ventanilla,  le oye escupir con ironía «No se preocupe, mi Coronel, me he encargado de conseguirle un tricornio de su talla, que aunque esté usado, está impecable»



[Imagen obtenida en Google]

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lunes, 25 de junio de 2012

LA TABERNA DEL CALLAO




Esta tarde la alegría me la ha regalado Javier Merchante, el propietario de La Taberna del Callao. Allí, como siempre en audio, Javier ha publicado mis micros DEFENSA PROPIA  y SUPERSTITE.

Para quienes no seáis parroquianos, en La Taberna del Callao -como en todas las buenas tabernas- se disfruta escuchando. Allí, Javier y su equipo de camareros, ponen voz y banda sonora a microrrelatos de las mejores BLOGdegas de la red. Los narradores de mis relatos - Antonia M. Zurera y el propio Javier- han hecho un trabajo magnífico que a mí me ha emocionado.

Quiero dejar constancia pública de mi agradecimiento a Javier por este regalo. Es la primera vez que oigo alguna de mis letras en una voz distinta de la mía o de las que me rodean en mi intimidad.

Esta vez no os invito a leer, sino a oír. así que si aceptáis mi propuesta, subid  el volumen y abrid la puerta de la Taberna aquí.


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martes, 19 de junio de 2012

MÁQUINA DE COSER PALABRAS




Hoy, Juan Yanes, me ha hecho el regalo de llevarse mi AUSENCIA a su Máquina de coser palabras -con la excelente foto que acompaña esta entrada- y con ello me ha arrancado la mayor sonrisa de satisfacción del día.

La Máquina es una parada obligada en mi circuito de lecturas porque allí Juan cose literatura de la que enriquece al cuarto género. Más allá de sus propios microrrelatos -que sitúan el listón a un nivel muy alto- Juan nos descubre piezas, libros y autores imprescindibles para quienes nos hemos rendido al vicio de la microficción. 

Desde aquí quiero dejar constancia de mi agradecimiento a Juan por situar mi nombre en la lista de autores publicados en la Máquina, y por descubrirle a sus amigos el camino hasta este rincón.

A quienes ya hayáis leído AUSENCIA, os invito a pasearos por las innumerables entradas de la Máquina de Juan. Os garantizo que no os defraudará la experiencia.


El viaje comienza aquí.



[Fotografía de Alan Moise Arbib]
[Tomada del Blog Máquina de Coser Palabras]

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jueves, 7 de junio de 2012

NEGLIGENCIA






Llegas a urgencias inconsciente e inmovilizado en la camilla. Despiertas para oír cómo el médico que te atiende ordena «Resonancia y al quirófano». A pesar del dolor –agudo, abrasador- en lo único que piensas es en cómo explicarás qué hacías saliendo de aquel motel en vez de estar trabajando. Aún aturdido, traspasas las puertas del quirófano e intentas componer tu mejor gesto cuando, a pesar de todo el alboroto, entrevés quién será tu anestesista y suspiras pensando en que para él, tú solo eres uno más en esa tarde de tormenta. 

Sabes -¿cómo no vas a saber?- que el Dr. Godoy es el marido de Martita, «el mejor culo que traspasara el portal del Club Náutico en sus ciento diez años de historia». ¿Cuántas rayas habréis compartido Martita y tú -aprovechando sus guardias y congresos- sobre la sonrisa indolente del doctor, en la foto de 20 x 30 en marco de plata maciza de su luna de miel en Nassau? Te alegras –y mucho- de que al llegar a urgencias te hubieran despojado del Tag Heuer que pertenecía a Godoy y que Martita te obsequió aquella noche en que le contaste cuánto deseabas tener un reloj así. «Ya lo convenceré de que lo ha perdido» te dijo mientras lo colocaba en tu muñeca izquierda. Ella siempre ha sido generosa, para regalar y para regalarse. 

«¿Fumas mucho, verdad? Deberías dejarlo ya. Tu oxigenación en sangre es penosa» te dice Godoy en un tono de barítono que se impone al ruido que generan las enfermeras y las máquinas del quirófano. Respondes con tres síes murmurados con voz árida, porque –aunque encontraras las fuerzas suficientes- crees que es mejor que sugerirle que se vaya a tomar por culo. 

«Ahora, tranquilito, vas a contar desde cien hacia atrás, que vas a dormir» te susurra Godoy al oído, como paladeando cada sílaba. Entonces le miras y descubres que esa sonrisa abúlica que le conoces forma parte de su estrategia para distraer la atención de la inquina que escupe su mirada aviesa. «Hi-jo-de-pu-ta» es lo último que le oyes mascullar antes de que se te cierren los ojos.

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[Imagen obtenida de Google]
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miércoles, 23 de mayo de 2012

AUSENCIA





La decisión de ocultarle el accidente porque era muy pequeña para entender la tragedia y asumir la magnitud de la pérdida fue de su madre, que apostó por ignorar la tozudez de la realidad y así escamotearle el sufrimiento. Pero los niños siempre distinguen los sentimientos que se embozan detrás de las palabras.

A pesar de la inocencia de sus cuatro años, durante el día ella finge que todo es igual que antes; pero por las noches se duerme con los ojos preñados de lágrimas perennes que nacen de su desconcierto y su miedo a esas pesadillas que no dejan de asediarla.

Cada noche estoy con ella mientras el sueño vence su resistencia y espero a su lado hasta que despierta temblando y me llama a gritos, con un «Papaaaaa» desgarrador. Entonces me acerco a consolarla y le susurro al oído que no tenga miedo, que todo está bien, que papá ya está aquí para cuidarla.

Pero la escena se repite una noche tras otra. Aunque mis palabras parecen tranquilizarla, se estremece, aterrada, cada vez que su madre se presenta en la habitación y –con un gesto percudido de desconsuelo- le repite que ya le ha dicho muchas veces  que no me llame, que estoy muy lejos y que no sabe cuándo podré volver.


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[Imagen obtenida de Google]

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jueves, 17 de mayo de 2012

Premio LIEBSTER BLOG






En estos últimos dos meses distintos avatares, del mundo en el que hemos de procurarnos la vida real, me han mantenido tan lejos del teclado que a las musas les ha resultado imposible encontrarme escribiendo. Dos meses en los que las ideas se han ido escapando por no haberlas enhebrado a tiempo. 

El riesgo de sumergirse en un silencio persistente –aunque sea incidental- es caer, más pronto que tarde, en el olvido. Por eso este martes recibí azarado el regalo que me hizo Xavier Blanco cuando, mirándome a través de su CALEIDOSCOPIO, me distinguió con el Premio Liebster Blog, que tiene como objetivo promocionar aquellas bitácoras que tienen menos de doscientos seguidores. 

Establecen las reglas del premio que al recibirlo has de seleccionar cinco blogs a los que hacérselo llegar. A mí me incomoda la limitación porque lo tendría muy fácil remitiéndoos al cuadro que podéis ver a vuestra derecha bajo el título: “No puedo estar sin saber que cuentan”. Por si ello fuera poco, en estos días han circulado varios premios, con lo que muchas bitácoras ya están premiadas, lo que condiciona aún más mi elección. 

Ahora bien, a pesar de las dificultades expresadas, he seleccionado cinco blogs cargados de calidad literaria. He de reconocer que, en algún caso, ignoro el número de seguidores que tienen; aunque si tiene menos de doscientos es sólo porque aún no se han acercado los lectores con perfil blogger suficientes hasta allí. Si yo estuviese en tu lugar no me los perdería: 

¡Un cordero!, de Yunuén Rodríguez; porque su prosa tiene sabor a tequila y enchilada, a guacamole y a ranchera; tan sabrosa como picante. 

Grimas y leyendas, de David Vivancos Allepuz; porque es un autor cruento y ejemplar, que con su literatura logra que veas en la oscuridad del alma humana. 

El pasado que me espera, de Araceli Estévez; porque sus letras tienen, al tacto, la textura de la seda y el peligro de una navaja barbera. 

Mei Morán, de Mei Morán; porque en sus piezas siempre logra elegir la voz que se cuela por nuestros ojos para seguir oyendo sus relatos aún después de haber llegado al final de su lectura. 

La toalla del boxeador, de Ernesto Ortega Garrido; porque sus construcciones narrativas huelen a transgresión, a dictadura, a amor, al sudor del que pelea sin tirar la toalla. 

No puedo marcharme sin agradecerle a Xavier no sólo la distinción con la que me ha honrado, sino –sobre todo- que, al acordarse de mí, me obligara a salir del silencio huraño en el que me había abstraído.

Y gracias a todos los que –aún sin novedades- seguís dejando vuestras huellas por aquí. 



Las reglas del Liebster son: 

1. Copiar y pegar el premio en el blog y enlazarlo al blogger que te lo otorgó. 
2. Señalar tus cinco blogs preferidos con menos de 200 seguidores y escribir comentarios en sus blogs para que conozcan que han recibido el premio.
3. Y, por último, esperar a que esas bitácoras continúen con la cadena y elijan a sus 5 blogs preferidos.





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lunes, 9 de abril de 2012

Un cuento al día (2)



Una vez más Carlos G. Barba, administrador de la página web Un cuento al día, me regala la oportunidad de ver publicado en su página mi microrrelato EFEMÉRIDE, al que le tengo especial cariño por ser uno de los primeros que escribí y publiqué en este rincón.

Al igual que en la anterior ocasión, quiero agradecerle a Carlos el privilegio que para mí supone ver mis letras entre las de tantos maestros del género.

Os invito a que visitéis la página e invirtáis el tiempo en descubrir y disfrutar de una selección de microrrelatos fantástica. Para ello, no tenéis más que pinchar aquí.


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domingo, 11 de marzo de 2012

DULCE COMPAÑÍA




Apareció por primera vez la noche en que volvimos de nuestra luna de miel y nos instalamos en el ático de la calle Cardenal Rouco. Sonrió al notar que la veía, y compuso un gesto de satisfacción plena cuando, con sorpresa ahogada, le hablé. Con aquel «¿Eres capaz de oírme?», que murmuró en un susurro adictivo, comenzó todo.

Después de haberme explicado quién era y por qué yo no podría haberla imaginado antes, me contó cuáles eran sus deseos y siguió presentándose cada noche, prevaliéndose de que María no notaba su presencia. Así, una vez que aparecía, me rondaba esperando a que mi mujer se durmiera. Luego, más que hacerme el amor, me follaba con furia asordinada.

No tardé en confesárselo todo a María, en una de esas charlas con las que intentábamos superar el
naufragio que comenzaba a anegar nuestra convivencia. Sobra decir que no me creyó. Ni la historia real, ni mi fingida tribulación. Sólo cuando nuestra vida sexual transitó de mínima a nula, María decidió que había llegado el final y se marchó.

Que mi matrimonio se fuera a la mierda por la lascivia de mi ángel de la guarda ya no me duele. Lo que no logro superar es que —ahora— ella me diga que no hay suficientes ángeles para tantos humanos cada vez que me desampara y me deja solo en este ático vacío.
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[Ilustración del maestro Juanlu -Juan Luis López]
[Ilustraciones para un loco]

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lunes, 27 de febrero de 2012

En el pecado...



 
Cuando recibes el chivatazo de que el Fiscal Anticorrupción está detrás de la pista de las facturas falsas, el desvío de las subvenciones y los sobornos por las recalificaciones, decides que has de hacer algo de inmediato. Optas por valorar los pasos a dar con Mónica, porque después de doce años juntos estás convencido de que es la única persona de la que te puedes fiar. Tomáis la decisión de recurrir a Pablo, dado que además de no haber trabajado nunca contigo y ser el marido de tu sobrina, ­a sus treinta años ha demostrado que es tan buen abogado como pobre en escrúpulos. Setenta y dos horas después, el plan se ha ejecutado con precisión. Las cuentas bancarias nacionales casi vacías, los expedientes de suspensión de pagos de las sociedades presentados, todo el dinero desviado a Belice –aunque tú creas que es mejor Gibraltar­– sin dejar rastro, en cuentas cifradas con Mónica como único usuario autorizado, las propiedades también a nombre de ella y cien mil euros en efectivo en casa para capear los meses que se avecinan.


Lo que resulta imposible de prever es el secuestro exprés, a manos de los sudamericanos, que sufrís dos semanas mas tarde a la salida del restaurante. El ataque de pánico que padeces –con descontrol de esfínteres incluido– demuestra que hasta Mónica, que es quién más golpes recibe, tiene más entereza que tú. Las joyas y el efectivo que conservas en casa resultan muy poco botín. Ellos están seguros de que debe de haber más en algún sitio. Llevándose a Mónica –que te mira suplicante con el ojo que aún puede abrir a la vez que intenta esbozar una sonrisa de consuelo­– te dan treinta y seis horas de plazo para entregar el medio millón que quieren. Sin ella tú ya no tienes acceso a tu fortuna y dos días después aparece el cuerpo de una mujer quemado en el maletero de tu coche, que arde en el solar de la última promoción que dejaste sin ejecutar, en aquella carretera comarcal que baja a la playa.


Cuando, además de la imputación por cohecho, prevaricación y alzamiento de bienes, el juez instructor te explica que eres sospechoso de ser el autor intelectual de la desaparición y presunto asesinato de Mónica, sabes que sólo te queda la salida de la confesión. Incluso antes de que se llegue a descubrir que el cuerpo del maletero pertenece a una prostituta colombiana desaparecida, es al intentar localizar a Pablo –cuando tu sobrina te explica que él salió de viaje sin avisarle y que no sabe dónde está, ni le responde a sus llamadas al móvil– que las piezas empiezan a encajar. En una regresión paulatina de recuerdos vas recuperando esas imágenes que nunca dejaron de molestarte en la memoria; las miradas cómplices entre Pablo y Mónica mientras firmabais los documentos, la insistencia de ella en que fuera él quién lo arreglara todo, las risas de ambos en las reuniones familiares, aquel «Tía Moni» meloso con el que comenzó a llamarla en la fiesta de navidad de hace dos años, la respuesta de ella «de Tía nada, corazón, que sólo te llevo diez años». De pronto comprendes por qué ella nunca quiso hacer los trámites para convertirse en ciudadana europea, aunque su pasaporte brasileño le obligase a solicitar visas para viajar. Entonces comienzas a aceptar que lo único que te queda son diez años a la sombra para planificar tu venganza.


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[Imagen obtenida de Google] 

jueves, 23 de febrero de 2012

Un cuento al día



La página web Un cuento al día, administrada por Carlos G. Barba, me honra en el día de hoy publicando mi microrrelato DEFENSA PROPIA.

Me gustaría agradecerle a Carlos el regalo de colar mis letras entre las de Ana María Shua, Flavia Company, Andrés Neuman, Juan José Millás, Jesús Esnaola, Mar Horno, Elena Casero, Fernando Remitente, David Vivancos, Agustín Martínez Valderrama, Manuespada y tantos autores que leo y admiro. 

Os invito a visitar la página y dedicar tiempo a disfrutar de una selección de microrrelatos que provocan adicción al género.

Podéis zambulliros directamente aquí.

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jueves, 9 de febrero de 2012

PERTURBACIÓN



 
Me seduce en el peor momento de mi vida y disfrutamos de seis meses de desenfreno, en los que cada noche me recuerda que no se conforma con mi cuerpo, sino que quiere también mi alma. Aunque no es mi tipo de mujer, me dejo llevar y disfruto de los lujos de su riqueza. Sobre todo del yate en verano y de la mansión en la sierra que pertenece a su familia desde que la construyó su bisabuelo, Mauricio Bafomet, al volver rico de América.

Pero lo cierto es que no la amo y acabo aburriéndome. Elijo la zozobra de un atardecer de domingo, antes de volver a la ciudad, para poner fin a mi farsa. Como no quiero herirla, apuesto por la mentira y le hablo de los sentimientos que se apagan. «El amor es como el café», le digo ya al final de mi alegato, «una vez que se enfría, aunque se recaliente, ya no sabe igual».

Ella sonríe con aparente desprecio y repite mis palabras como si estuviese sopesándolas en la palma de su mano. Aunque siempre intuí que nunca decía lo que pensaba sino lo que más se ajustaba a sus intereses, esta vez no puede disimular el desdén que asoma a sus ojos al mirarme y con un tinte de virulencia en su voz, me insinúa que lamenta el error que he cometido.  Me advierte, luego,  que no lograré deshacerme de ella. Que siempre estará en mí. Que su sombra será la mía. Que olvide cualquier intención de huir. Que no tengo salida. Que soy suyo, una más de sus pertenencias. Que ya decidiría ella el mejor momento para prescindir de mí.

«Estás loca» es lo último que articulo antes de darle la espalda, al tiempo que  oigo  el crujir de las bisagras de las contraventanas al cerrarse y veo cómo la puerta se abalanza por sí misma para encajarse en su marco.

Me vuelvo para mirarle pero ya no está. Me giro buscando la forma de huir y encuentro mis ojos en el espejo que corona la chimenea encendida, pero es su rostro el que veo.

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[Imagen obtenida de Google]
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martes, 31 de enero de 2012

SUPÉRSTITE



Aunque todos notaran el sabor a lástima densa que tenían sus palabras, nuestra madre insistía en que, a mi gemelo y a mí, sólo se nos diferenciaba porque él olía a leña húmeda y yo a arena mojada. Éramos idénticos, sí, pero mientras que a mí me tocó asistir a nuestras vidas, a él le tocó vivirlas. Al menos hasta que se acabó su suerte.

El éxito era suyo, el fracaso mío. Él hacía los goles a nuestro favor, yo los penaltis en nuestra contra. Su adolescencia estaba empapelada de sobresalientes, la mía empedrada de suspensos; su carrera de matrículas de honor, la mía de cursos repetidos. Él insistió en que fuéramos socios en el bufete porque se sentía culpable, no porque creyera en mí. Desde muy pronto me obligué a disimular mi envidia. Incluso cuando se casó con Rebeca, aun sabiendo que yo la amaba con desesperanza. Siempre estuve convencido de que la ventura había quedado de su lado cuando se dividió nuestro embrión. Pero me equivocaba.

Cuando el conductor kamikaze nos embistió en aquella autopista de Turquía él murió en el acto. Sin embargo yo salí ileso.

Ayer lo enterramos. Después de quedarnos solos en el cementerio, Rebeca se acercó a mí y abrazándome por la espalda, me susurró al oído: «Mi amor, tenemos que irnos ya». Mientras yo, fingiendo un impulso amordazado por el dolor, no dejaba de acariciar la lápida con mi nombre inscrito en ella.

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[Imagen obtenida de Google]
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martes, 17 de enero de 2012

Grandes microrrelatos de 2011 - I.M.



El 4 de enero pasado, la INTERNACIONAL MICROCUENTISTA solicitó ayuda a sus lectores para antologar los Grandes microrrelatos publicados en la red en el 2011.

Ahora nos presenta la selección de cincuenta y seis microcuentos elaborada por su Comité Editorial.

Tal como se refleja en el prólogo, refiriéndose a aquellos que faltan, no están todos los que son, pero sí son todos los que están.

Rodeado de micros enormes en cuanto a su calidad, se ha colado mi APRENDIZAJE, lo que me llena de felicidad.

Aquí os dejo el libro editado para que podáis gozar de lo breve y bueno.


martes, 10 de enero de 2012

DEFENSA PROPIA



Antes no me pegaba. Me gritaba, me insultaba y rompía cuanto estuviese cerca. Como esa puerta. ¿La ve? Era un infierno, pero no me pegaba.
 
Hasta hace tres años, que me dio el primer puñetazo y me rompió la quijada. Justo aquí. ¿Lo nota? Sí, me pidió perdón en el hospital, pero desde entonces cada vez fue peor. Se enfadaba antes y los golpes eran más duros.
 
No, nunca me defendí y nunca lo denuncié; a pesar de lo que me aconsejaban las tres amigas que tengo. Una sabe que las vergüenzas no hay que airearlas.
 
Por eso hoy puso una cara de incredulidad como nunca le había visto, cuando lo encañoné con la escopeta de mi difunto.
 
¿Lo último que me dijo? «Te faltan huevos para disparar, mamá».

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[Imagen obtenida de Google]