martes, 31 de enero de 2012

SUPÉRSTITE



Aunque todos notaran el sabor a lástima densa que tenían sus palabras, nuestra madre insistía en que, a mi gemelo y a mí, sólo se nos diferenciaba porque él olía a leña húmeda y yo a arena mojada. Éramos idénticos, sí, pero mientras que a mí me tocó asistir a nuestras vidas, a él le tocó vivirlas. Al menos hasta que se acabó su suerte.

El éxito era suyo, el fracaso mío. Él hacía los goles a nuestro favor, yo los penaltis en nuestra contra. Su adolescencia estaba empapelada de sobresalientes, la mía empedrada de suspensos; su carrera de matrículas de honor, la mía de cursos repetidos. Él insistió en que fuéramos socios en el bufete porque se sentía culpable, no porque creyera en mí. Desde muy pronto me obligué a disimular mi envidia. Incluso cuando se casó con Rebeca, aun sabiendo que yo la amaba con desesperanza. Siempre estuve convencido de que la ventura había quedado de su lado cuando se dividió nuestro embrión. Pero me equivocaba.

Cuando el conductor kamikaze nos embistió en aquella autopista de Turquía él murió en el acto. Sin embargo yo salí ileso.

Ayer lo enterramos. Después de quedarnos solos en el cementerio, Rebeca se acercó a mí y abrazándome por la espalda, me susurró al oído: «Mi amor, tenemos que irnos ya». Mientras yo, fingiendo un impulso amordazado por el dolor, no dejaba de acariciar la lápida con mi nombre inscrito en ella.

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[Imagen obtenida de Google]
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martes, 17 de enero de 2012

Grandes microrrelatos de 2011 - I.M.



El 4 de enero pasado, la INTERNACIONAL MICROCUENTISTA solicitó ayuda a sus lectores para antologar los Grandes microrrelatos publicados en la red en el 2011.

Ahora nos presenta la selección de cincuenta y seis microcuentos elaborada por su Comité Editorial.

Tal como se refleja en el prólogo, refiriéndose a aquellos que faltan, no están todos los que son, pero sí son todos los que están.

Rodeado de micros enormes en cuanto a su calidad, se ha colado mi APRENDIZAJE, lo que me llena de felicidad.

Aquí os dejo el libro editado para que podáis gozar de lo breve y bueno.


martes, 10 de enero de 2012

DEFENSA PROPIA



Antes no me pegaba. Me gritaba, me insultaba y rompía cuanto estuviese cerca. Como esa puerta. ¿La ve? Era un infierno, pero no me pegaba.
 
Hasta hace tres años, que me dio el primer puñetazo y me rompió la quijada. Justo aquí. ¿Lo nota? Sí, me pidió perdón en el hospital, pero desde entonces cada vez fue peor. Se enfadaba antes y los golpes eran más duros.
 
No, nunca me defendí y nunca lo denuncié; a pesar de lo que me aconsejaban las tres amigas que tengo. Una sabe que las vergüenzas no hay que airearlas.
 
Por eso hoy puso una cara de incredulidad como nunca le había visto, cuando lo encañoné con la escopeta de mi difunto.
 
¿Lo último que me dijo? «Te faltan huevos para disparar, mamá».

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[Imagen obtenida de Google]

lunes, 2 de enero de 2012

FRUSTRACIÓN



 
Preso de la ceguera atrabiliaria que su último ataque de celos le provoca, decide ignorar el orden establecido y primero se suicida.

Ahora, yerto, no sabe cómo matarla.

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[Imagen obtenida de Google]