lunes, 7 de octubre de 2013

CERTIDUMBRES






Si los mayores están con ella, mamá no deja de llorar; dice que ve a Pablito por toda la casa, mirándola con cara de reproche por no haberlo sacado del agua. Ni papá, ni la abuela, ni la tía consiguen que se tranquilice. Pero cuando estamos solos ella y yo, mamá no llora. Me dice que el accidente de la piscina fue la forma que eligió Dios para que Pablito le hiciera compañía al abuelo, porque eran muy parecidos. Me acaricia y me pide que no esté triste, me promete que ellos están en el cielo, juntos, esperándonos. Yo le digo que vale, pero sé que no es verdad. Lo sé porque me lo ha contado Pablito. Me ha dicho que el cielo no existe, que no hay Dios –ni nada parecido–, que al abuelo no lo ha visto –todavía– y que si mira así a mamá cuando viene es porque está enfadado con ella. Me contó que ella lo sujetó debajo del agua, en vez de ayudarlo a salir. Está convencido de que lo hizo porque él no era guapo, rubio y obediente ­–como soy yo y como a Mamá le gusta– y yo a Pablito, le creo.

-oOo-

[Imagen obtenida de Google]


60 comentarios:

BB dijo...

Una certidumbre que no deja espacio a incertidumbre ninguna.
Una historia terrorífica y estupenda.

Un abrazo

JM Sánchez dijo...

La verdad de los niños no conoce artes ni atajos... Muy buena historia, Pedro.
Un saludo
JM

Francesc Barberá dijo...

Bravo, Pedro! Me ha parecido estremecedor. Quizás el final podría ser un pelín más sutil, es dedir, no tan explicito, para que así lo intuyeramos nosotros. Pero no me hagas mucho caso. En cualquier caso, te felicito. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Yo también le creo a Pablito. Y el escalofrío de mi espalda le cree...

Un abrazo admirado :)

Anita Dinamita dijo...

No dejas resquicio a la esperanza. Es demoledor, pero con ese arte que tienes para contarlo. Como escarpias.
Un abrazo

Lola Sanabria dijo...

¡Brutal! Para dejar hiel en la boca.

Abrazos temblorosos.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Impresionante, Pedro.
Aparte de muy construido y narrado, su contenido y significado son de los que dan escalofríos. Aparentemente dulce, pero esconde en su dulzura la falta de piedad de una madre desequilibrada.
¡Me encantó!
Ha sido un placer volver a leerte. Tenía ganas y ha merecido la pena la larga espera.
Un abrazo enorme.

Manuel Rebollar Barro dijo...

Si una violación es terrorífica, que sea en el seno de la familia debe de ser demoledor. Si, además, es tu propio padre...

¡Venganza!

Abrazos de siempre

Pedro Herrero dijo...

La primera persona del singular sirve, primero, para dibujar un retrato angustiado de la madre. Después, para tensar la distancia que separa ese retrato de la voz narradora y, finalmente, para proclamar la íntima cercanía del protagonista con el hijo ausente. Gran efecto, el que se consigue citando dos veces, desde dos ángulos, la mirada de reproche. Un texto desasosegante, pero creíble y convincente por encima de todo.

Rosa dijo...

Me has dejado sin palabras Pedro. Yo también creo a Pablito.

Besos desde el aire

Humberto Dib dijo...

Excelente, Pedro, sin desmerecer otros relatos, éste es uno de los que más me han gustado, porque está bien construido, porque juegas con la inocencia y cierta ironía del narrador de una manera que no deja respiro al que lo lee... o al que lo escucha, pues es un relato que me entró por los oídos.
Felicitaciones.
Un fuerte abrazo.
HD

Miguel Ángel Page dijo...

Menudo drama familiar que nos regalas. Consigues una gran atmósfera. Intuyo que al final te vales del punto de vista infantil para hacer que la explicación resulte algo menos excesiva de lo que pensé en un primer momento.
Abrazos.

Sara Lew dijo...

Me ha dejado tal desasosiego este relato, tan terrible tristeza... Muy conseguido, Pedro.
Un abrazo.

Miguelángel Flores dijo...

Buff, qué manera de helar ya desde ese "por no haberlo sacado del agua". Yo quizá quitaría la alusión a que la madre no lo quería por no ser "guapo, rubio y obediente". Después de "en vez de ayudarlo a salir", seguiría con "Y yo a pablito, le creo". Pero vamos, que me ha gustado, que me ha dejado helado, como escarcarchao por dentro!
Un abrazo, Pedro.

Cabopá dijo...

Terrible, me parece un relato terrible...No sé por qué me ha recordado al triste suceso de la niña china de Santiago.

Muy bien narrado, manteniendo el horror de principio a final.

Besicos, amigo

Yolanda dijo...

Uf, qué duro, a partir de la introducción la historia empieza a recrudecerse y se masca la tragedia, aunque no de tales dimensiones: brutal.
Siempre un placer pasarse por aquí.
Un abrazo.

Maga h dijo...

No pude evitar estremecerme!

Es que el infierno no tiene cielo!

Abrazo

Juan Esteban Bassagaisteguy dijo...

Extraordinario micro, Pedro. Se siente el terror, se palpa el horror en ese cambio de clima a mitad del mismo.
Te aplaudo de pie, che, me encantó.
¡Felicitaciones!

Bee Borjas dijo...

Te haces desear, Pedro! Pero bien vale la espera. Ya lo leí una cuantas veces (me gusta ver todas las herramientas que utilizaste para construirlo) y es notable el frío que recorre mi espalda desde el comienzo de la historia. Ese niño relacionado con ese drama, su "saber", la relación con la madre... Excelente. Una historia letal.
Felicitaciones y un abrazo enorme!!!

Nicolás Jarque dijo...

Pedro, una vez más la espera valió la pena. Otro microrrelato que porta tu sello personal, tan refinado y con ese juego con el lector.

Aquí golpeas nuestra conciencia, que tan bien has sabido dormir o despistar anteriormente. Ningún asesinato tiene justificación y el de una madre, menos aún, por eso duele tanto tu final.

¡Enhorabuena y a continuar así de bien!

Un fuerte abrazo.

Luisa Hurtado González dijo...

Tengo frío

Unknown dijo...

Buff... espero que los cánones predilectos de mamá no cambien... por la cuenta que le trae al protagonista dee esta historia tan bien contada. Enhorabuena de nuevo Pedro.

Por cierto, un pajarito me ha dicho que pronto podremos disfrutar de tus textos en un libro de papel... ya nos contarás como conseguirlo y que podemos hacer para ponerlo a la venta en Diarium.

Un abrazo, aún turbado por tu estremecedor texto.

Unknown dijo...

Cuanto más lo leo más potente me parece. Juegas con las palabras de una manera que la que parece al principio la victima termina siendo el verdugo, como siempre te digo, un verdadero placer.
Besos de gofio.

Piel de Retales dijo...

Me gustan tus atmósferas negras, me gusta cómo sobrecoges. Sabía que nos sorprenderías, como siempre, con el final.
Enhorabuena, maestro, me quito el sombrero.

Las Gemelas del Sur dijo...

Maestría microrrelatista.
De un creíble accidente o negligencia a un increíble asesinato que va contra natura, pero cierto.

Me ha revuelto las entrañas, un final demoledor.

Saludos Calados.

Anónimo dijo...

Bestial. Como un golpe seco en la nuca. Me he ahogado con Pablito.Berta

Loli Pérez dijo...

Pedro tremendo, consigues escogerle el alma al lector con la voz de ese personaje niño. Y con tan pocas palabras!! Enhora buena.

abrazos enormes

Miguel Ángel Pegarz dijo...

En primer lugar un placer leerle, que se prodiga usted poco.
En segundo lugar yo a este relato lo definiría como una pluma de demolición. Desde un tono bajo y sin grades aspavientos nos llevas a un final salvaje y en el que la muerte del niño o su aparición ya ni siquiera es lo más desasosegante. Eres un maestro.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Y enhorabuena, que leo por aquí que por fin vas a tener libro. Lo mereces.

Javier Ximens dijo...

Uff, estremece leer tu cuento fantástico, donde los muertos se aparecen solo para los elegidos. Al estar contado por el niño, con voz de niño, le damos credibilidad pero sin olvidar que habla desde su posible inocencia. A mí lo que más me gusta es lo que dice que dice el hermano muerto, ese no existir del cielo y que aún puede que se junte con el abuelo, el rencor que siente a la madre y los posibles celos entre hermanos (no sé de quien sobre cuál). La referencia al abuelo me hace pensar si la madre sufrió la violación del abuelo, pero en tal caso faltaría alguna pista, como por ejemplo que el cielo exista y al abuelo no se le vea por allí ni se le espere. Pero el titulo lo aclara todo, es cierto lo que se narra. Como siempre, Pedro, un placer leerte. (Por cierto, la foto o dibujo es muy apropiada, un acierto)

Anónimo dijo...

Don Pedro, mis felicitaciones más grandes. Magnífico.

Iván Teruel dijo...

Aparte de todo lo comentado, lo que me parece de un mérito extraordinario es el juego con el cambio de perspectiva. Está tan bien trabajado, resulta a ratos todo tan ambiguo, que uno lee con la intranquilidad que provoca la incertidumbre en aquellas situaciones en las que buscamos certezas. El final, es demoledor. Porque es entonces cuando uno relee toda la historia con otros ojos.

Pero también me planteo la turbación que le provocaría al lector que el asesinato sólo fuera una más de las múltiples posibilidades, que fuera sólo una sugerencia, apenas un indicio que torturara todavía más la conciencia del lector. Tómatelo como eso, como una apreciación muy subjetiva, claro. El micro es buenísimo, no hay más.

Un abrazo y enhorabuena.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Es impresionante tu micro Pedro y a pesar de ponerme la piel de gallina, no puedo por menos que admirar tu escritura una vez más. Magnífico.
Besicos muchos.

Susana Camps dijo...

Un micro muy valiente y trabajado, como todos los tuyos. Como señala Iván, el cambio de perspectiva hechiza la mirada.
Abrazos

Anónimo dijo...

Estremecedor, literariamente perfecto.

Abrazo grande

Pablo Garcinuño dijo...

Pedro, escalofriante! Se nota que se está acercando Halloween. Aterrador y grandísimo micro

Dominique dijo...

Ante un micro así las lágrimas se quedan en el borde de los párpados, heladas... ¡Enhorabuena!

Alfonso Carabias dijo...

Una historia realmente desconcertante y desgarradora. La sinceridad de los niños a veces da miedo, como en este caso.

Gran relato Pedro, como de costumbre.

Un saludo.

matrioska_verde dijo...

¡que fuerte!... en estos días tan convulsos que vivimos de padres que hacen daño a sus hijos...

como madre y como persona, por supuesto, se hace difícil comprender cómo se puede, qué locura lleva a alguien a cometer tales actos?

con el texto consigues todo lo que te propones: conmover, hacer pensar, provocar dolor...

biquiños,

Miguel dijo...

Mucho tiempo sin pasar y... me quedo soprendido ante lo que encuentro Pedro.
Pequeña narración, gran historia.
Siempre tan sorprendente.
Enhorabuena.

Miguel

CDG dijo...

Los pelos de punta, Pedro.
Enhorabuena.
Un abrazo.

Lucas Fulgi dijo...

Muy buen cuento... con esa vuelta de tuerca al final que sorprende. Y, al contrario de lo que comentaron arriba, yo sí creo que hay lugar para la incertidumbre, para ambigüedad. Porque una explicación posible a que el niño siga viendo a su hermano fallecido es que, en su dolor, lo imagine.

Laura dijo...

Buenos días Pedro, destaco sobremanera esa voz narradora con la voz del niño, porque siempre que es de esta forma es como si el lector esperara que las historias fueran a ser ternura y amor maternal, o un juego de recuerdos en el que el protagonista se desenvuelve sin aparente lógica.

Y no es así, claro. Cuando hablamos con la voz de un niño, descubrimos una realidad mucho más difícil de digerir que la historia que parece mostrarse.

En este caso: tu micro es rotundo en su final, y en su trama. Sabe que no es así. No hay cielo, ni abuelo, ni tampoco madre cariñosa en la que poder confiar el resto de su vida.

Es la locura "asesina" de la paternidad o de la maternidad vista desde el ángulo extremo de la irracionalidad y con las palabras de un niño. La ficción en este caso, no supera la realidad, por desgracia. Es como si nos hubiesen anestesiado para observar casos parecidos a este, que nos repugnan, nos tocan la fibra, pero se acumulan en las páginas de los periódicos y sólo acertamos a decir..."vaya, otro más...".

Buf, ¡durísimo! pero perfecto en su narración. Un aplauso para tí y un abrazo cariñoso de Laura.

Anónimo dijo...

Qué relato más duro, duele leerlo, tanto como descubrir ese final...
¡buenísimo!
Un abrazo, Pedro

Raquel dijo...

Terriblemente duro y más escalofriante por lo bien contado que está. Estoy de acuerdo con Laura en que la voz del niño le imprime una mayor dificultad a la hora de asimilarlo, si es que algo tan terrible se puede llegar a asimilar.
Besos!

Celsa dijo...

Excelente y tremendo. Fluidez narrativa y contundencia en la historia. Qué más se puede pedir?? Ma ra vi llo so. Me ha encantado.

Alberto Sánchez Argüello dijo...

Creo difícil agregar algo mas a la lista de observaciones y críticas positivas del micro. A mí me parece un micro maravilloso con un excelente ritmo y un contenido fuerte que aprecio sobremanera. Dicho eso coincido con Francesc sobre lo del final que podría ser mas sutil, menos explicito, quitando lo de y yo a pablito le creo, pero la verdad funciona bien de ambas maneras, es mejor dejarlo como está, es una maravilla.

Patricia Nasello dijo...

Dónde está la verdad de este micro: en la imaginación del niño narrador o en la realidad de carácter fantástico que propone?

Extraordinaria ambiguedad que se lee con el alma en un puño.

Gracias por escribir, Pedro

Vicente F. Hurtado dijo...

Enhorabuena Pedro.
Ya sabes que a mí este tipos de micros me encantan.
Gracias por escribirlo.

Paula Sánchez Álvarez dijo...

Una muy buena historia, apoyada en un tono infantil muy bien logrado y que le da credibilidad. No hay lugar para incertidumbres.
Me gustó.
Carry on.

P.D: Bonito detalle el del no-cielo, el no-Dios y el no-ver al abuelo (todavía)

Rosa B.G dijo...

Dicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, ufff este niño dice cosas terribles.
Este relato pone los pelos de punta desde el inicio, nos hace ir desde una tristeza extrema por la pérdida de un hijo hasta la dureza del caso: un asesinato y a manos de su propia madre, al menos en la imaginación del niño.
Un saludo
me quedo por tu blog de seguidora me gustan tus historias.

Rosa.

Unknown dijo...

Magistral y soberbio como dejas dentro de un micro empacados los elementos completos para una película, y el relato en sí es finísimo.BRAVO.
Un abrazo.

fus dijo...

Haces del relato una historia de terror. Impresionante.

un abrazo

fus

Amando García Nuño dijo...

Consigues algo inusual en la literatura bloguera, aunar un desarrollo poderoso de la historia y un ritmo secuencial lleno de puntos de giro. Además, dominas el lenguaje. No me ves, pero me he puesto en pie, aplaudiendo en silencio.
Abrazos, siempre

María Eva Ruiz dijo...

Magnífico, estremecedor y aterrador. Se siente la empatía con la madre por el hijo muerto para luego agijonearnos con la verdad de Pablilto. Fantástico Pedro, mi admiración.

Un abrazo grande,
Eva.

Recomenzar dijo...

infinitamente escalofriante y bello

Unknown dijo...

Lo vuelvo a leer y me deja sellado el shock que debe sentirse ante la madre asesina.
Momento cumbre de un caso de mater terribilis.
Morir a manos de quien te gestó.
Uf.

Ana Crespo Tudela dijo...

Coincido, por supuesto, con las alabanzas a tu relato pero, como ya sabes lo mucho que nos gustan tus letras, incido sobres las recomendaciones o indicaciones, que comparto, que te han hecho Francesc, Miguelángel Flores e Iván Teruel.
Y una vez dicho esto, le daré una segunda lectura para disfrutarlo de nuevo y pensar ¡qué bien escribe!
Un beso

Aristóteles dijo...

De lo sublime a lo trágico.
Te abrazo, Pedro.

Gregoria Leiva dijo...

Muy buenos. O si prefieres, "No me arrepiento. Pobres chicos!! Saluditos.