miércoles, 28 de septiembre de 2011

SUEÑO






En mi última ofensiva para seducirla, le cuento que sueño con ella.

Que en mi sueño su matrimonio ha dejado de ser un escollo, porque ya nada nos importa. Que estamos desnudos, tumbados en la alfombra de Aubusson que acoge su cuerpo con lascivia. Nos ilumina el fuego de la chimenea, le digo, y sólo pienso en aprovechar mi lengua para robarte el rocío de sudor que cubre tu palidez urbana.

No me miras, susurro, me envuelves con la mirada y –casi sin querer- me atrevo a sumar promesas a mi historia, más saturada de decepciones que de esperanzas. Esos ojos del color del agua turbia que siempre han conseguido entorpecer mi pensamiento me hacen creer que he dejado de contemplar mi vida delicuescente, para comenzar a vivirla.

A pesar del humo que nos devuelve la envidia de la chimenea atascada, no hueles a leña sino a fango de olivas negras, le confieso, mientras acerco mis labios al pliegue de tu ingle.

¿Y somos felices?, me pregunta, y me quedo mirando sus palabras como si fueran el bocadillo de un comic.

No respondo, porque no sé si aún estoy soñando.

*
[Imagen obtenida de Google]



17 comentarios:

Tania dijo...

Probando cuenta...

Ella dijo...

Está no será tu última ofensiva, seguro, sólo una más!

montse dijo...

Con lo fácil que parece que sería decirle eso mismo, que le parece que está soñando y que no lo sabe; contestarle con la misma sinceridad con la que ella pregunta, en vez de mirar las palabras. Muy buena historia para ese desnudo artístico.

Javier Ximens dijo...

Pedro, creas una atmósfera muy sensual. Me parece un personaje tormentoso. No obstante, no llego, problema mío, seguro, pues desconozco (después de mirar el diccionario) el significado de "vida delicuescente", ni el olor de "fango de olivas negras".

manuespada dijo...

Todo el micro me parece muy bien escrito, pero hay una frase que me parece Literatura pura: "no hueles a leña sino a fango de olivas negras".

MJ dijo...

Sí, coincido con manuespada, esa frase es de las que pueden presumir de ser por sí mismas, verdadero arte literario.
Te felicito, Pedro.

Un abrazo.

Unknown dijo...

Muy bueno, Pedro!!!!

Conseguís un relato erótico y nostálgico a la vez. Extraña y delicada suma lograda con maestría.

Un abrazo

La mala de la película dijo...

Vaya, creo que me he enamorado de la primera frase.

Raquel dijo...

Un relato cargado de sensualidad... Me encanta. Un beso!!!

Wendy dijo...

me gusta lo del olor a fango de olivas negras... serán las ventajas de tener sinestesia

Zaraceno dijo...

Me gusta el recurso ambiguo de estar entre el sueño y la realidad. Saludos.

Elysa dijo...

Todo un despliegue de sensualidad en este micro narrado con la elegancia que te caracteriza.


Besitos

Anónimo dijo...

¡Qué inoportuna! A veces las hembras no sabemos disfrutar más que la poesía ajena y desdeñamos la otra cuya musa fuimos.

Paula Sánchez Álvarez dijo...

Hay una canción que dice: 'Y sólo sueña que sueña con ella'... No sé por qué, pero me sonó en la cabeza cuando acabé de leerte. Creo que ambas (la canción y tu historia) intentan contar lo mismo.
Me gustó :)

XAVIER BLANCO dijo...

Pedro, llego aquí siguiendo la senda de Elisa, nos vemos en muchas casas amigas pero me había perdido la tuya. Hoy me quedo, a releer estos sueños.
Bonito texto, ingrávido, tenue,como un espejismo,a mi si que me gusta el fango de olivas negras, y mas envuelta en el humo de la chimenea. Que complicadas son las cosas del amor. Un abrazo, me quedo por aquí...

Miguel dijo...

Hay que saber escribir muy bien para mezclar sensualidad con sueños e imaginación.
Mi ignoración me hace perderme en la frase "fango de olivas negras", pero por lo demás... UN DIEZ, PEDRO, UN DIEZ.

Un abrazo

Miguel

Miguelángel Flores dijo...

Y consigues que no se sepa realmente si sigues soñando, si se lo sigues contantdo o si está ocurriendo realmente.
Muy visual esa imagen del bocadillo, que a la vez le es muy visual al protagonista. Como el teatro dentro del teatro, debe existir lo visual dentro de lo visual. Y debe tener un nombre, y ni no, debería.

Un saludo.