miércoles, 7 de diciembre de 2011

INIMPUTABLE



 
Ahora están esperando al juez de guardia. Desde que descubrieron el cuerpo colgando del nogal el padre no ha abierto la boca, mientras que la madre no ha dejado de llorar. La mujer policía intenta consolarla abrazándola, pero ella no deja de gimotear con un constante «¡Por qué, por qué, si sólo tenía ocho años!». El otro policía, el viejo, mira al suelo y da vueltas en círculos mientras habla por teléfono en voz muy baja. Los de la ambulancia ni siquiera se han acercado.


Supongo que no tardarán en comenzar con la investigación. Preguntas y más preguntas que les ayuden a esclarecer lo sucedido y decantarse por suicidio o asesinato. Lo mirarán todo. Preguntarán por sus actividades, sus amigos, el colegio, el resto de la familia, el círculo de relaciones de sus padres. Nos pondrán a todos bajo sospecha.


Dudo que descubran que el que le empujó a hacerlo fui yo. Me harté de ser yo siempre el malo y él el bueno, yo el indio y él el vaquero, yo el villano y él el héroe. Me cansé de que me culpara de todo lo que él hacía mal. Y cuando se lo dije me contestó que no le importaba. Que buscaría otros amigos más divertidos que yo. Que si no quería, que no jugara más con él, que le daba igual. Y si hay algo que detesto es que me desprecien. Así que poco a poco le fui convenciendo de que nadie le quería, que no significaba nada para nadie, que sólo era un estorbo en la felicidad de los demás, que lo mejor que podía hacer era desaparecer. Cada día estaba más convencido, pero suicidarse le daba mucho miedo. Hasta ayer, que recibí una ayuda no esperada. Su papá se olvidó de que era su cumpleaños.


Pensándolo bien, supongo que tardarán mucho en llegar hasta mí. Pero aunque lo hagan, no me importa. No podrán hacerme nada. Yo sólo era su amigo imaginario.

*
[Imagen obtenida de Google]

44 comentarios:

Loli Pérez dijo...

Pedro, cada vez consigues que tus relatos sean más intensos, que peguen en el lector con una fuerza inusitada de emociones contenidas, sugiriendo y mostrando una situación, consigues armar un triller psicológico en apenas unos renglones.
Te vas superando a pasos agigantados, y siempre tengo la sensación de que me quedo corta con todo lo que te digo.

Muchos abrazos

Anita Dinamita dijo...

Muy bien llevado. Confieso que he sospechado de él en cuanto ha empezado el tercer párrafo, pero la frase "si hay algo que detesto es que me desprecien" es una frase que viene como de lejos, con la posibilidad de que solo exista un amigo invisible para todas las personas que lo han tenido, con los mismos rasgos psicológicos, la misma mala leche.
Quizá la última frase que resuelve el misterio me hubiera gustado de otra forma, en la que no sirviese solo a ese fin, sino más en sí misma. Es una sensación igual tonta, no me hagas mucho caso.
Un abrazo

XAVIER BLANCO dijo...

Pedro, este texto es extraordinario, empieza duro, y nos vas envolviendo, y cuando creemos que nuestra conciencia está tranquila nos rematas.
La historia es terrible, me erizo sólo de intentar pensar los motivos que quiebran una mente infantil, y ese personaje secundario que no es mas que las tinieblas de la mente es un recurso muy interesante.
Me gusta pasar por aquí y compartir lo que escribes.

Un abrazo

Marcelo dijo...

Primo, intrigante, inquietante, sorprendente y a veces aterrorizante, debo decir que tus relatos son siempre todo eso y mas, pero lo que mas me sacude es que no puedo decirle a mi curiosidad ,hoy no lo leo! y termino deleitandome con todo lo que proporcionan tus letras. Eso produce en mi cierta adicción a tus relatos. Un abrazo desde el Sur.

Javier Ximens dijo...

Pedro, una vez más nos dejamos llevar por tu prosa suave y acariciadora. En está ocasión no esperaba sorpresa final, pues sin decirlo estaba pensando en el hermano. Y luego: el golpe final. Me gusta. Y por supuesto, el mensaje oculto del mundo infantil con sus fantasías y los peligros de la mente. Quizás ese "nos pondrán..." resulte tramposo, no sé, salvo que supieran de su existencia. El resto en primera vale, pero esa frase...
Felicidades por tus relatos dosificados, trabajados, pensados.

Maite dijo...

Me ha gustado mucho, Pedro, pero mucho, mucho, porque me he llevado la sorpresa final. Pensé que era un amigo suyo, de su edad, y entonces pensé que el monólogo interior que estaba teniendo un niño de 8 años no se adecuaba con el lenguaje que estabas utilizando, sin embargo, mientras andaba yo en esas, tu aprovechabas para pillarme desprevenida y al resultar ser un amigo imaginario, a éste, no podemos achacarle la misma edad infantil, sino una perversión probablemente adulta en un cuerpo de niño dibujado por la imaginación del pequeño. Bravo, me ha gustado mucho como lo has llevado.

La mala de la película dijo...

Una vez mas sacas tu mente maquiavélica a relucir eh? Que sepas que lo único que hacía yo con mi amiga imaginaria, era jugar al parchís (y, maldita sea, siempre ganaba ella). Muy bueno, me encantó el final!

Unknown dijo...

No salgo de mi asombro!!!
Confieso que no lo vi venir. Me dejé llevar por la astuta mano del narrador sin la mínima sospecha. Tu cuento gira dos veces sobre sí mismo. la primera cuando ya sabemos que habla el asesino, la segunda en el rotundo cierre final.
Enhorabuena por este cuanto cautivador, Pedro

Lola Sanabria dijo...

Final inesperado que da un vuelco al relato. ¡Y de qué manera! Me gustó mucho.

Abrazos variados.

Laura dijo...

Hola Pedro, me ha ocurrido igual que a todos : que si el hermano, que si el horrible amigo, que si el perturbado mental ....y ¡zas! ¡error!, terminas con un amigo imaginario. ¡Buf! ¡qué bueno ha sido y qué bien contado Pedro!.

Mira que odio lo de la crueldad en los críos, sea entre ellos, o atentando contra ellos, pero reconozco que lo has hilvanado muy, pero que muy fino.

Un beso y un abrazo.

Saly dijo...

Hola, soy Saly....probando

Paloma Hidalgo dijo...

Al leerlo pensaba a quién colgarle el muerto, cargarse a un niño de ocho añitos no puede ser obra de cualquiera. Tú has resuelto magistralmente el problema: la imaginación no tiene límites y me lo acabas de demostrar. Estupendo relato.

Un abrazo

Raquel dijo...

El tema no es fácil y, como al resto, también me cogiste de sorpresa... con escalofrío incluido. Pero engancha, como todo lo que escribes, que no se puede dejar de leer. Besos,

MJ dijo...

Todas tus historias enganchan desde la primera frase, lo que demuestra tu destreza para llevarnos de la mano a lo largo del texto hasta el final, siempre sorprendente.

Un abrazo lleno de admiración.

romi dijo...

Hola Pedro, muy buen relato, visitando amigos blogueros encontré el tuyo, te saludo desde Buenos Aires , Argentina, me gustó mucho leer tus escritor, seguiré con más tiempos disfrutandolos.

Cariños

Elysa dijo...

Muy bueno, Pedro. La parte que más me ha gustado es como consigue convencer/se para llegar a esa decisión. Es perturbador la sensación que me deja de que no todo es "limpio" en la mente de un niño.
Me ha gustado mucho.

Besitos

Humberto Dib dijo...

Pedro: Leí tu texto con una libertad que hacía mucho no tenía, pues ya estoy de vacaciones. Fue un hallazgo, pues no sólo te redescubrí como gran narrador, sino que me sorprendí con el final como hacía años no me pasaba.
Un gran cariño, amigo.
HD

Miguelángel Flores dijo...

Menudo giro al final. Mira que me estaba resultando incomodísimo de leer, entiéndeme. Y cuando llega el desenlace, medio suspiras, al menos no hay niño asesino. Y en cambio hay un final impresionante de premio. Enhorabuena.

Un abrazo, Pedro.

Miguelángel Flores dijo...

Qué curioso, Pedro, yo escribiéndote el anterior (voy lentísimo porque mi portátil va como un jeringo). Luego paso por mi blog y justo tú me habías dejado un comentario. Esto me ha pasado ya tres veces. Existirá la telepatía internauta?

Elena Casero dijo...

Menudo final Pedro.
Me ha encantado el relato.

Eleonora Beatrice dijo...

Pedro, un gusto conocer tu blog. Vengo del sitio de Humberto.
Realmente me ha encantado tu escrito, la situación planteada te lleva por un camino que choca sorpresivamente con su final.
Me gusta mucho tu estilo.
Te sigo.
Cariños.
Eleonora.

manuespada dijo...

Un final demoledor, que le da una dimensión fantástica hasta lo que entonces era un texto realista, eso sí, no le quita tensión trágica, sino que además le añade un competente muy inquietante. Un abrazo.

Nel Morán dijo...

Siempre la están armando los amigos imaginarios. Con lo fácil que sería la vida sin ellos.

Blogsaludos

mientrasleo dijo...

Fantástico texto, muy expresivo, empático con el lector
Un abrazo

Miguel dijo...

Fantastico, Pedro. Fantastico relato y una prosa perfectamente elaborada, pero yo me voy un poco más alla. ¿qué vida tiene que tener un niño para tener que inventarse un amigo imaginario?

Buen relato, porque le da al coco, Pedro. Buen relato.

Un abrazo

Miguel

Nadia dijo...

Espeluznante y preciso.
Me gusta ese retrato de lo tenebroso y controvertido de la mente humana.¡Qué débiles somos!

Un saludo

AtHeNeA dijo...

Sin duda consigues envolver al lector y hacerle meterse en la historia.
saludos desde isla de luz

Paula Sánchez Álvarez dijo...

Creo que tardaré un tiempo en recuperarme... Llevas por las pistas hasta un final brillante.

Ese empañar la inocencia de un niño convenciéndose a si mismo que nadie lo quiere y que a nadie le importa, me ha dejado (como diría la nieta de la abuela) flipando.

Beso

fus dijo...

El relato te empieza a indignar cada momento hasta que llega al final y la imaginaciòn era la potencia del desenlace. Esta semana tenemos entradas un poco triste.

un fuerte abrazo

fus

Javier Ortiz dijo...

¡Gran final!

Excelente.

AtHeNeA dijo...

Gracias por visitar mi isla; estoy deseando leer esa idea que te ronda la cabeza a cerca del "pero" que comentas en la entrada.
< Petición personal>

Saludos desde isla de luz,

Pablo Vázquez Pérez dijo...

Buenas. Espero no pasarme de listo pero con el título (qué gran título) y el desarrollo del relato se ve que es un amigo imaginario, pero lo genial es que aunque se intuya esa sorpresa la narración ENGANCHA DESDE LA PRIMERA FRASE (Ahora están esperando al juez de guardia...) Es enorme.
Y también las comparaciones entre villano yy bueno/ vaquero e indio.
Es tan bueno que muchos jurados no lo votarán en concursos de microrrelatos, y no lo digo con ironía, sino con certeza. Lo bueno está aquí noen los premios.

Anónimo dijo...

¡¡la crueldad infantil llevaba a extremos!!

muy buen relato.

biquiños,
Aldabra

http://congoyyo.blogspot.com/

AGUS dijo...

Pedro, me ha gustado el micro. Te explico. El final, ese desvelo, además de aportar sorpresa facilita la elipsis. Lo importante no es el amigo imaginario, sino la soledad. De lo contrario la pieza sólo sería ingeniosa y en cambio tiene sustancia, te hace pensar en el niño. Elipsis.

Abrazos.

Xesc dijo...

Me atrapó desde el principio. ¿Un niño colgado? Y ahí empiezas a hacerte preguntas y parece que las respondes pero la duda, ... cómo un niño feliz puede dejarse convencer para eso. ¿Por un olvido paterno? No me lo creo. Imposible. Y ahí es donde vuelves a girar el calcetín de verdad. No lo era. Agus nos da la pista. La soledad es devastadora. Incluso imaginaria o cibernética.
Saludos

Mònica dijo...

Saludos Pedro!
Te devuelvo la visita y con tu permiso me alojo. Me ha fascinado el relato, nos atrapas con la edad del ahorcado y a partir de ahí ... empiezas a soltar hilo (mientras hacemos conjeturas) hasta el desenlace final.

Como miembro de la abblac, me atrevo a plantearte una pregunta que me intriga. Hay un punto dónde me haces pensar en el "todopoderoso" como culpable ... me sorprendes con el amigo imaginario ... y pienso ¿habrá jugado con esa ambigüedad?

Un abrazo enorme Pedro! Nos visitamos!

romi dijo...

Pedro, deseo que el amor, la ilusión y la paz llenen tu hogar en este día, y que todo esté en sintonía alrededor tuyo donde estés. Feliz Navidad y Venturoso Año 2012.


Cariños

Ignacio Ruy Suvina dijo...

Yo cerraría los ojos, pueden hablar más alto de lo que imaginas.

Saly dijo...

Hola Pedro: es el 2º relato tuyo que leo, he estado todo el tiempo con el alma en vilo y los pelos de punta, me daba mucha pena casi a punto de llorar y a la vez me aterrorizaba que un hermanito o amigo le hubiera empujado a hacer eso. El giro final me ha impactado porque no sé qué es peor si un niño imaginario o real.
Besos

Unknown dijo...

GRANDE.BRAVO.
Con unos pasos más allá de lo esperado.
Con mirada clara a las distorsiones de una mente infantil.
Escalofriante la imaginería y un final fuera de serie.

Anónimo dijo...

El suicidio infantil es una de esas atrocidades emergidas del infierno. El micro es perfecto en sus dos primeros párrafos, pero siento que el final se alarga, preferiría que cayera de tajo como un suicida que se arroja en la horca.

Unknown dijo...

Me ha gustado mucho. En ningún momento he pensado en ese amigo imaginario que muchos niños tienen y que aquí coge el control hasta el final.
Enhorabuena.

ESPERANZA dijo...

Aterrizo por primera vez en tu casa y me encuentro este pedazo de micro sobre la vulnerabilidad y la soledad. El giro final me ha parecido brillante.

Felicidades,

blocdejavier dijo...

El relato es tan apasionante y brillante que me ha sido imposible resistir la tentación de publicarlo en:
http://fragmentsdevida.wordpress.com/2013/01/26/el-asesino-del-suicida/
citando la autoría y fuente original. Lo cierto es que ya le tengo puesto el ojo a alguno más y ando buscando ilustración idónea. Por otra parte también me he permitido incluir la dirección del blog en www,blocdejavier.wordpress.com y además de leer con detenimiento tus relatos sospecho debo no perderte la pista. Enhorabuena!